domingo, 6 de diciembre de 2015

Mi primer amor

Hoy quería escribir un poco de cómo conocí a mi primer amor y como es él.
Espero que no termine siendo algo pesado.
Cuando empece el secundario comencé a sentirme atraída por la gente real. ¿Por qué digo esto? Porque anterior a mi inicio en la preparatoria no tengo recuerdo de que me haya gustado alguien... de la vida real. O sea, siempre me gustó el protagonista de la película, o de la serie, etc. Hasta el momento nunca me había sentido fuertemente atraída por un hombre.
Si bien en mi primer año tuve algunos "enamoramientos" nada más eran cosas superficiales.. nunca algo profundo.
Cuando inicié el secundario estaba centrada en algo: mantener mis calificaciones para llevar la bandera nacional cuando llegue a mi último año para así tener más chances de conseguir una beca universitaria... no me interesaba enamorarme.
Mi hermana ya iba a ese secundario, pero estaba dos años más adelante que yo. No había cupo en el turno mañana así que fui al turno tarde... al parecer iba a ser algo temporal.
Había muchos chicos en mi curso que eran muy amables.. entre ellos estaba él.
Al año siguiente me cambié a la mañana. No se si fue una coincidencia... o el destino. Pero ese año nos tocó el salón que daba al patio donde se hace deporte. Los que asisten a clases al turno mañana hacen deportes a la tarde y los que asisten al turno tarde hacen deportes a la mañana.
Ahí estaba él... atajando la pelota. ¿Era él?
En mi segundo año de secundaria para distraerme del peso de mis estudios comencé a jugar juegos... juegos para pasar el rato.
Aún no hacía muchos amigos en el nuevo ambiente en la escuela así que seguía hablando por Facebook con mis viejos amigos del otro turno. Entre las personas con las que empecé a hablar estaba Martín. Siempre me hacía reir... me sacaba una sonrisa. Era muy divertido hablar con él... aunque aveces se hacía el "chico misterioso" y eso me enfadaba un poco.
Martín y yo empezamos a jugar los mismos juegos, no sé si fue casualidad o las ganas de los dos de tener algo en común.
Competíamos para ver quien hacía un mejor puntaje. Aveces ganaba yo, y otras él.
Disfrutaba mucho de nuestras conversaciones, aveces largar y otras veces cortas.... disfrutaba de nuestras "peleas" por ver quien era el mejor.. disfrutaba cada momento con él.
Creo que desde ese momento me empezó a atraer... no solo porque me hacía reír... sino por su forma de pensar. Era mucho más maduro que otros chicos de su edad... era como yo.
Martín me empezó a hablar... o según yo a insinuar que gustaba de una chica. Yo obviamente ilusionada creí que era yo.. y le daba consejos de cómo encararme....
Con el pasar del tiempo me enteré de que yo no era la chica. La chica lo había rechazado.... yo lo consolé y luego el volvió a decirme.. que a pesar de todo, el seguía sientiendose atraído por aquella chica... pero que ahora se encontraba en un momento confuso... le gustaban dos chicas, y no sabía que hacer.
Yo exploté de rabia porque no sabía si jugaba conmigo. Si bien había sido el primer hombre del que me había enamorado realmente, ya me habían herido anteriormente en "relaciones virtuales".
Lo bloqueé de mis redes sociales. No pretendía hablarle. Quería olvidarlo.
Poco tiempo después noté que el empezaba a sentir mi ausencia. El sabía que lo había silenciado en el "mundo virtual" pero no podía callar su persona.
Comencé a sentirme confundida....
Los días que pasamos sin hablar. Lo único que podía hacer era pensar en él.
Se acercaban las fechas de los exámenes finales. Así que decidí desbloquearlo para no pensar tanto en ello en mis exámenes.
Llegaron los IFEIS y yo estaba como loca. Él casi no me hablaba tampoco porque estaba estudiando.
Con la experiencia de mis anteriores Ifeis decidí hacer mis resumenes de forma más prolija, ya que la vez anterior una compañera me los había pedido.
Poco tiempo después me enteré que Martín había rendido mal su IFEI de Fisicoquimica y yo... enamorada y bondadosa no podía no prestarle mi increíble resumen de todo un año en solo una página.
La semana siguiente, decidí hacerle llegar mis apuntes a Martín.
Me encontré con un un amigo que iba en su mismo salón y le pedí el favor de que se lo hiciera llegar. Él notó que había algo raro en esa "entrega"... así que empezó a hacerme bromas.
Sé que ese día ellos dos hablaron de mí....  fuí muy evidente, lo sé.... pero así son los sentimientos.
Esa semana Martín me habló muy poco, sentí que era una señal de que no iba para más... pero luego de unos días, cuando terminó de rendir me invitó a salir.
Nunca antes había tenido una cita. Me sentía muy nerviosa...   Qué iba a hacer si me quedaba sin tema de conversación, qué pasaría si le aburro, si no le gusta el tema del que le hablo.
A Martín le gustaba un anime muy famoso... así que comencé a verlo por si nos quedábamos sin tema de conversación.
No tuve que recurrir a hablar del anime, por suerte no nos quedamos sin tema de conversación, había mucho que contarse, de qué hablar.
En la tercera cita que tuvimos él me pidió que fuera su novia. Automáticamente y con una mega-sonrisa en el rostro le dije que sí.
Nuestra relación, podría tomarse como algo lenta para algunos... pero para mi fue a su debido tiempo. En nuestra quinta cita nos dimos el primer beso... bueno... fue un "pico"... creo que recién en la séptima cita recién nos dimos un beso beso.
Martín era profundo, me escuchaba, me hablaba de él con mucha confianza, me decía qué opinaba de las cosas.... hablábamos de muchas cosas serias. Pero nunca dejaba de sacarme sonrisas.
Era perfecto para mí y lo sentía.
Martín era super gracioso, serio, inteligente, prudente, lo pensaba todo, lo analizaba todo, y eso me encantaba... era lindo, educado, amable, respetuoso, agradable. Sumamente agradable.
Existen ese tipo de personas que intentan caerles bien a todo el mundo, y que ese es su objetivo fijo, para no sentirse solos, si a ti te gustan los helados de chocolate a él también... si te gusta la música pop a él también y cosas así. Pero Martín no era así. Él era directo, decía lo que pensaba, pero siempre con educación, con cortesía. Si sabía que lo que iba a decir era incorrecto, no decía nada, o veía la forma adecuada para decirlo. A todo el mundo le agradaba Martín, era muy amistoso y sincero.... Era único e ideal para mí.
Cuando no decía nada sus ojos lo decían todo. Su mirada me enloquecía sin dudas. Su cabello, la forma de sus cejas... sus muecas... su voz... todo de él me encantaba.
Entre las cosas de las que estoy agradecida con Dios es el haberme enviado un chico tan perfecto para mí, que me hace sentir única, hermosa y por sobre todas las cosas amada.


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